martes, 31 de mayo de 2011

Cómo subir una silla a una mesa

Todos y cada uno de nosotros nos hemos sentado en una silla y hemos utilizado una mesa.
Por eso hemos podido observar que hay distintas formas, colores, materiales...
Hay sillas que se acomodan a tí, otras en las que eres tú quien tiene que acostumbrarse a ellas.
Unas son ovaladas de plástico y cómodas, otras de madera cuadradas y con tornillos, hay las que llevan ruedas y giran sobre si mismas, las enormes sillas de piel de los despachos, las que tienen apoyabrazos y las que no, algunas de colores despampanantes como las que aparecen en la tele...
La silla nos sirve para apoyar nuestras posaderas, para no cansarnos estando de pie.

Mesas: las hay cuadradas, redondas o triangulares, de plástico, de madera o de hierro, de colores o negras.
La mesa la utilizamos para escribir, comer, cocinar, trabajar, dormir...

En el colegio, cuando se terminan las clases subimos las sillas a su mesa correspondiente para dejar la clase ordenada.
Para esto se necesitan saber algunos pasos sencillos como primeramente coger la silla por sus patas, ponerla en posición invertida y dejarla suavemente sobre la mesa para que no haga ruido.

Esto es todo lo que hay que saber para subir una silla a una mesa.

Instrucciones para subir una silla

Encontramos una importante variedad de instrumentos de uso cotidiano que nos facilitan una vida más cómoda y segura. Cada uno de ellos tiene unas características que comparten con el resto de sus iguales. Pero sobretodo se identifican por tener particularidades dentro de su misma utilidad. Encuentro especialmente atractivo uno de ellos: La silla.

La silla se compone de 4 cilindros largos y firmes que se alzan desde el suelo hasta sujetar una plataforma de base cuadrada y horizontal, llamada asiento, situada a una altura relativa (generalmente a 50cm). Su estructura se prolonga con otra plataforma perpendicular a la primera, llamada respaldo, sujetada con la firmeza de los mismos cilindros.

Su uso es muy práctico y común. La persona apoya sus posaderas en el asiento y la espalda en el respaldo (para mayor seguridad y comodidad). El descanso es tan profundo que el sentado deja de ser consciente de ello y se concentra en otras actividades más pr
ovechosas. Para subir una silla es necesario cogerla, cuidadosamente, por los cilindros o patas y reposar el asiento sobre otro instrumento de uso, la mesa, de manera que la silla descanse "patas arriba".

lunes, 30 de mayo de 2011

¿Cómo subir una silla en la mesa?

En la escuela rutinariamente, sin darnos cuenta y con mucha pereza cada día subimos la silla sobre la mesa para que la clase quede ordenada y sea más cómodo hacer la limpieza de la escuela.



La mesa es un objeto que tiene cuatro patas que ayudan a que se sostenga derecha. Las cuatro patas estan unidas a una tabla lisa que nos sirve para poder escribir más cómodamente.



La silla es otro objeto que en nuestra cultura normalmente va acompañada de la mesa. La silla también consta de cuatro patas por donde se mantiene en pie, y además un respaldo para poder descansar la espalda. Nos sirve para sentarnos y no cansarnos de pie.



Subir una silla no es difícil, ya que no se necesita la inteligencia sino que usamos los brazos y un poco de fuerza si la silla pesa.


Para subir la silla se tienen que seguir cuatro pasos: el primero es ponerte al lado de la silla, el segundo consiste en coger la silla por el respaldo con una mano y por las patas con la otra. Después se gira y por último se coloca el asiento de la silla encima de la tabla de la mesa. La posición final de la silla es que las patas han de apuntar hacia el techo y el respaldo hacia el suelo.

INSTRUCCIONES PARA SUBIR UNA SILLA A UNA MESA

Para poder hacer esta difícil tarea de subir una silla a una mesa, primero debemos saber qué son estos dos útiles muebles.

La silla es un gran invento que tiene una base para sentarse, esta base está encima de cuatro patas, aunque puede tener más o menos. También tiene un respaldo para que las personas no caigan hacia atrás. Sirve para sentarse, es decir, dejar reposar las posaderas del ser humano encima, con las piernas rectas y los brazos en la posición más cómoda.

Una vez sentado, el individuo necesita poner los brazos en alguna posición, pero no sabe qué hacer con esas dos partes del cuerpo. ¿La solución? Tener algo delante. Por eso se inventó la mesa.

La mesa es otro gran invento con una base grande sobre cuatro patas altas, justo a la altura necesaria para que las piernas quepan debajo. Es un invento esencial para dejar muertos los brazos encima o la cabeza cuando no se tiene ánimo de tenerla sobre los hombros, aunque también puede ser usada para dejar la comida, libros… lo que se desee.

Pero, ¿qué se debe hacer una vez ya no usemos esos dos objetos? ¿Dónde ponerlos para que no nos quiten espacio? Entonces la solución más fácil es subir la silla encima de la mesa, una solución poco estética pero práctica.

Para poder tener esa solución final y mantener el orden, procedemos a coger con las manos las patas de la silla y la ponemos en posición invertida, de manera que las patas queden hacia arriba. Una vez la silla esté del revés, debemos colocar la base que sirve para sentarse sobre la base de la mesa.

Cuando la silla esté sobre la mesa, debemos apartarnos y no hacer movimientos bruscos cerca de esta nueva escultura casera ya que, de lo contrario, corremos el riesgo de que se desmonte la estructura y caiga encima de nosotros.


domingo, 29 de mayo de 2011

POR UN POMELO

 Mi jardín tiene seis rosas,
una roja y cinco blancas,
una es hermosa, grácil y sutil,
las otras son honestas,
nobles y bellas.

Todas en conjunto forman
mi jardín, un lugar placentero,
un edén, un paraíso donde
yo espero pasar horas sin cesar.

Mi rosa roja,
mi rosa blanca,
de una espero pasión,
de la otra espero amistad,
de todas espero compañía.

Esas flores en conclusión
habitan en mi razón,
todas forman mi mundo
una cautiva mi corazón.

(A seis bombones)

ABRIL

Abril, primavera, ella está
cuidando los narcisos,
¡Ah! como adora los narcisos,
no los corta por temor de hacerles daño.

Cortar un narciso
es como segar una vida,
mi dulce y sensitiva amada,
le encantan las letras y la música también.

Mi flor no es una rosa solitaria,
posee dulces espinas, suaves pétalos
y delicada fragancia.

Cuando está en el jardín
las flores la envidian
y el rocío matutino la cubre
para preservar su radiante belleza.