lunes, 30 de mayo de 2011

INSTRUCCIONES PARA SUBIR UNA SILLA A UNA MESA

Para poder hacer esta difícil tarea de subir una silla a una mesa, primero debemos saber qué son estos dos útiles muebles.

La silla es un gran invento que tiene una base para sentarse, esta base está encima de cuatro patas, aunque puede tener más o menos. También tiene un respaldo para que las personas no caigan hacia atrás. Sirve para sentarse, es decir, dejar reposar las posaderas del ser humano encima, con las piernas rectas y los brazos en la posición más cómoda.

Una vez sentado, el individuo necesita poner los brazos en alguna posición, pero no sabe qué hacer con esas dos partes del cuerpo. ¿La solución? Tener algo delante. Por eso se inventó la mesa.

La mesa es otro gran invento con una base grande sobre cuatro patas altas, justo a la altura necesaria para que las piernas quepan debajo. Es un invento esencial para dejar muertos los brazos encima o la cabeza cuando no se tiene ánimo de tenerla sobre los hombros, aunque también puede ser usada para dejar la comida, libros… lo que se desee.

Pero, ¿qué se debe hacer una vez ya no usemos esos dos objetos? ¿Dónde ponerlos para que no nos quiten espacio? Entonces la solución más fácil es subir la silla encima de la mesa, una solución poco estética pero práctica.

Para poder tener esa solución final y mantener el orden, procedemos a coger con las manos las patas de la silla y la ponemos en posición invertida, de manera que las patas queden hacia arriba. Una vez la silla esté del revés, debemos colocar la base que sirve para sentarse sobre la base de la mesa.

Cuando la silla esté sobre la mesa, debemos apartarnos y no hacer movimientos bruscos cerca de esta nueva escultura casera ya que, de lo contrario, corremos el riesgo de que se desmonte la estructura y caiga encima de nosotros.


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