sábado, 19 de marzo de 2011

Suma y sigue

Se marchó más temprano de lo habitual. Eran las once y cuarto de la noche cuando cerró la puerta de su casa. Bajó las escaleras principales mirando más alla de los ladrillos de la casa de enfrente. Estaba escuchando una canción de Fool’s Garden que le recordaba a su abuela. La base de la canción parecían pasos que avanzaban entre la neblina. La música se animaba y los pasos se volvían firmes aunque nunca dejaban de temblar. La voz estaba, tal vez, demasiado a gusto con las notas. Todo sonaba muy bien. La luna casi llena le cantaba a sus ojos. La noche estaba dormida, y la calle muy bien iluminada. La niña se puso a correr.

Pensó en muchas cosas, como hacia siempre. Pensó que era una noche muy bien disfrazada, porque no oía el vuelo de los pájaros negros. Le gustaba pensar que todos dormían menos ella, auque no fuera cierto. Los sueños creaban imágenes fantásticas y oníricas: delfines nadando alrededor del brillante sol y sus planetas, o relojes de tiempos relativos que se fundían como el queso en una marmita. Se le ocurrió pensar que aquellos que amaban la música eran tan atrevidos que necesitaban chillar con harmonía sus deseos. También alzaban pasiones y profundas verdades. Se podrían comparar con las aves que viajaban entre el viento y se hacían escuchar. La pintura plasmaba un mundo espontáneo y sorprendente. Grandes observadores, con decisiones tan racionales como irracionales. Ellos eran los peces que nadaban en todas las aguas del mundo. Y finalmente quedaba ella, como siempre. Fiel a sus pasos y con la necesidad de experimentar para creer. Era fuerte de cuerpo y mente, aunque dudase de ello. Le gustaba estar en todas partes y vigilar lo que era suyo, como el camino por el que tanto había sudado.

Liberó una lágrima rápida. Estaba muy cansada y sus ojos notaban el frio. Había llegado demasiado rápido a casa y no quería entrar. Caminó para recuperar aliento. Estiró las piernas, los brazos y la cadera. Miró el cielo y se preguntó si algún día se sentiría tan libre como hacía un rato. Subió las escaleras y entró en la casa. Cerró la puerta pensando que no tardaría en volver a salir.

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