Es un hecho que la mesa y la silla forman una unidad, un conjunto en el cual una sin la otra carecen de utilidad. La funcionalidad de esta unidad radica en el hecho de aposentar los glúteos sobre la silla para trabajar con cualquier objeto sobre la mesa, siempre y cuando el susodicho objeto no sobrepase el tamaño de la mesa.
Ahora fijémonos en ambos objetos suponiendo que cogemos un conjunto de mesa-silla como ejemplo. Un elemento del mencionado conjunto posee cuatro patas, cada una de estas con cuatro tapones para evitar el ruido al arrastrar la mesa. Las patas de la mesa varían de tamaño dependiendo de la altura del usuario. A cierta altura de la mesa encontramos una pieza metálica con agujeros para evitar el gasto excesivo de material que forma el cajón. Este está soldado a la mesa y a la vez en uno de sus cantos posee otra pieza de metal, para evitar rozaduras y heridas.
Ahora hay que hablar de la pieza más importante, la plancha de madera que en definitiva es donde se trabaja. Esta parte va unida a la estructura metálica que forma el esqueleto de la mesa mediante tornillos. La plancha de madera, si se trata de una mesa estándar, está lacada y los cantos limados para evitar lastimarse. En la mesa se puede pintar, dibujar, escribir... pero se recomienda hacerlo sobre un folio o papel.
Una vez concluida esta explicación toca hablar de la silla, ese objeto en el que se posan los glúteos. Esta posee cuatro patas como la mesa, siempre en proporción con el elemento citado anteriormente. Entonces, la silla se compone de cuatro patas igual que la mesa y con el mismo fin. La mesa posee dos partes de metal que forman el esqueleto de la silla. Una parte tiene forma de U con dos salientes que forman las patas anteriores, y finalmente otra parte formada por dos hierros que van soldados a las patas anteriores y enganchados por remaches al respaldo. Finalmente el asiento va enganchado con otros remaches encima de las cuatro patas
Una vez hecha esta explicación e identificados estos dos elementos, nos situamos en un lateral del conjunto silla-mesa y con la mano izquierda cogemos el hierro que va unido al asiento por lo remaches y conforme levantamos la silla con la otra mano (derecha), agarramos una de las patas anteriores y con la otra soltamos la parte que sujetábamos para agarrar la pata posterior, que se encuentra en frente de la pata que sostenemos con la mano derecha, con cuidado depositamos la silla que se encuentra boca abajo sobre la mesa que previamente ha de estar despejada.
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